Los demonios nunca lloran (Cat, Libre)

No sabía donde iba, el demonio ya me había ganado e iba volando a sus anchas ignorando por completo a Trace y a Cat que deberían estar en la otra punta de mi territorio.
Iba volando rápido a unos dos metros del suelo y como estaba bajo intenté recuperar el control.
Volví a ser humana, sin ni siquiera conservar mis alas y caí al suelo a mucha velocidad rebotando unas tres o cuatro veces.
Sacaba un poco de sangre por la boca y aun mas por los brazos, aunque las piernas las tenía casi intactas.
Grité de dolor pero nadie me oía, estaba sola, sin poder levantarme y bajo el sol abrasador.
Dos lágrimas salieron de mis ojos sin mi consentimiento.
En momentos así era Trace o papá y mamá los que me ayudaban, ahora estaba hecha un lio.

¿Por qué no se iba al cielo artificial que habían creado los estúpidos ángeles? Idiota, deja de molestarme.
-Cierra... el pico...- la miré con rabia intentando contener las lágrimas, si venía ella vendría Trace y no podía dejar que me viese así.
-Si no sales... de aquí, en cuanto... pueda, te arrancaré las alas.-
Ya no podía transformarme, me dolía demasiado el cuerpo, por otra parte me volvería a ganar de haber podido hacerlo.

Corri detras de Ruby, de camino me tope con dos angeles, aprovechando la carrera me tire encima de uno de ellos y le arranque la cabeza de un mordisco, el otro se me tiro encima pero quedo tostado por mi electricidad, no tenia tiempo que perder.
A los lejos vi a Ruby tirada en el suelo con Cat, intente frenar aunque tan solo derrape, me quede a dos metros de Ruby y entonces me transforme en humano, me acerque a ella preocupado y le dije:
-Ruby, ¿Estas bien?-Estaba bastante tocada, al igual se habia roto un hueso.

Se me cayó otra lágrima al ver a Trace, él no por favor, ahora no.
-Dejadme.- giré la cabeza para no verlos aun sin levantarme, tendría que esperar un poco hasta que pudiese.
Me quería transformar y huir de nuevo, no podía aunque el demonio hacía que poco a poco se regenerasen las heridas, a cambio de dolor intenso.

Acabé transformándome cuando las heridas se curaron por completo, me levanté sin expresión en la cara y con el cabello negro tapándola.
Mis ojos entrecerrados por el cansancio de las transformaciones no dejaban de mirar al ángel, manteniéndolo prisionero, ya que al primer movimiento el demonio atacaría.
No le dediqué ni una mirada, ni tan solo una palabra a Trace, estaba inmóbil de no ser porque extendía las alas lentamente, supongo que sería como los animales, para parecer mas grande e intimidar.

Le acaricié el rostro con la mano, nunca le había dicho realmente lo que sentía por él, tampoco pensaba hacerlo, mucho menos ahora que no era yo.
El demonio sonrió un segundo y le dio un rodillazo en el estómago, después se iba acercando lentamente al ángel con la sonrisa desaparecida, como si nunca la hubiese hecho.

No podía mas, tantas transformaciones me habían dejado agotada.
Fui cerrando los ojos y lentamente volvía a mi forma humana hasta que terminé desmayándome en los brazos de Trace.
Quería decirle lo mucho que lo sentía, pero no podía hasta que todo se calmase un poco.
Aún así oía lo que había a mi alrededor, pájaros, animales, la respiración de Trace...

Me acurruqué en los brazos de Trace dibujando una sonrisa, sentía que el demonio iba curándome.
Apreté la camiseta de Trace con el puño cuando de vez en cuando me dolía la recuperación.
Abrí lentamente los ojos y me di cuenta de donde estaba, rápidamente me aparté sin decir nada y me estiré los tirantes y la minifalda.
-Gracias por... cuidarme.-

Asentí con la cabeza mirando al suelo arrepentida.
Alcé la vista y vi al ángel, mi hermana, ¿Qué le diría ahora?
Me acerqué mientras le hablaba.
-Lo siento, no pretendía...- le extendí la mano para hacer las paces pero se transformó mi mano, se volvió de un color rojo oscuro y salieron las garras.
La aparté rápidamente y la cogí de la muñeca con la otra mano, quizás no me había recuperado del todo.
Los ojos se me volvieron llorosos pero podía controlar las lágrimas, almenos lo intentaba.

Apreté fuerte las manos de Trace que me rodeaban.
"No me sueltes" pero igualmente tenía que probarlo.
Me separé de él e inspiré hondo unos segundos.
Desplegué mis alas lentamente con los ojos cerrados y acabé transformándome lentamente.
Me acerqué a paso lento hacia Cat controlando la transformación a cada paso que daba.
Me paré a unos centímetros de ella y le miré a los ojos, tan perfectos y luminosos; la abrazé con las alas aunque era un poco doloroso estar tan cerca de un ángel.

Me aparté del ángel, no sabía si quedarme con ella, sola o con Trace, preferí quedarme sola por ahora.
-Supongo que deberé llamarte hermana ahora.- me quedé confusa mirando el horizonte, no osaba mirarle los ojos.
Quité la transformación antes de que me dominase de nuevo y fui con Trace, dejándole un beso en la mejilla.
-Gracias.-