Toxic (Libre, jefe)

Fire's creek, mi hogar, después de tanto tiempo fuera había vuelto, ahora con el bonito recuerdo de aquel ángel en forma de trofeo.
Me puse encima de una roca grande y me puse a tomar el sol, se estaba muy bién con los tirantes y la minifalda.
Tenía que ver al jefe para ver como iban las cosas por aquí, hacía tiempo que no le veía, entonces era una cría, quizás no me reconociese.
Eché mi pelo hacia atrás y alcé la cabeza al sol cerrando los ojos.
Se oían pasos, no sabía si se dirigían hasta donde yo me encontraba.

Piel blanquita, cabello rubio, vaya, un instruso.
Me acerqué a ella sonriendo maliciosa, quizás podría jugar con ella un rato.
Me acerqué por detrás apoyando mi mano en su hombro.
-Hola angelito, ¿qué se te ha perdido por aquí?-
Me senté a su lado sin perderla de vista.

Sonreí intentando imitar su inocencia.
-Como quieras pero yo de ti no estaría mucho aquí, es peligroso.-
Se acercaba alguien mas, mas ángeles no por favor.
Me giré y era Trace, ¡Trace! Por fin, cuanto tiempo sin verlo.
Me levanté en seguida y corrí hasta que lo abracé.
-Tracy...- hubiese jurado que era la única que lo llamaba así, los demonios de mas rango le llamaban Trace y si no jefe.
Lo miré de arriba a abajo, no había cambiado mucho.

-Transfórmate anda... hace tiempo que no te veo- puse un puchero mirando al zorro.
-He estado...- cogí el colgante con la pluma del ángel, supongo que quedaba claro.
No le diría que ya sabía transformarme, ya lo vería en su momento.
El ángel se alejaba, no pensaba dejarla por las buenas.
Le cogí de la mano y la acerqué a Trace.
-Es una nueva amiga.- de hecho no conocía ni su nombre.

-Si bueno... de hecho...- aparté la mirada. -No se ni su nombre, nos acabamos de encontrar.-
Me giré hacia el angelito sonriendo, supongo que no habría tardado en saber mis intenciones de no dejarla escapar.
-¿Cómo te llamas?-
Miré a Tracy, lo encontraba mas guapo aunque cuando quería era demasiado borde.

Envidiaba mucho lo angelicales que eran, literlamente.
Apreté los labios mirandola y concentrándome en lo que me había dicho, ¿Cat verdad?
-Encantada Cat, yo soy Ruby, un placer.- dije con un tono un poco frío, ¿cómo podían ser tan buenas? Bueno, ser un demonio también tenía su punto.

Si que tenía prisa por irse, encima que hacía el esfuerzo de "portarme bién" con un ángel...
Miré su muñeca, ¿Qué tenía ahí? ¿Un corte?
La cogí observándola.
-¿Cómo te lo has hecho?- miré a Trace, él entendía mas de estas cosas.

Por mucha envidia que tubiese no quería arruinar la belleza angelical por ponerla nerviosa.
Me acerqué a su oreja para que no lo oyese Trace.
-No tiene importancia.-
Me alejé un poco de ellos y me senté de nuevo en la roca para tomar el sol, esta vez dejé las piernas en el suelo intentando evitar que me mirase Trace, aunque me hubiese visto crecer me daba verguenza que me viera.

-Te mostraré una cosa que no sabe ni Trace, es un pequeño secretito.- le susurré al oido y reí.
Me levanté y me acerqué a Trace mirándole y sonriendo, me acordaba cuando de pequeña mis padres iban a mejorar el clan y el pobre tenía que quedarse haciendo de niñera.
Me puse detrás de el y le abracé pasándole los brazos por el cuello.
Saqué mis alas negras y mis ojos se volvieron rojos, no hice la transformación completa, aparte me había puesto detrás de el para que no la viese ni en la sombra.
-Te he echado de menos Trace...-
Reí maliciosa mirando al ángel, quizás ahora pareciese un ángel renegado o ya directamente un demonio, quería que me lo confirmase.

Deshice la transformación y pasé lentamente al lado de Trace con mi dedo deslizándose por su barbilla.
-Es normal, no quieren que te los comas.-
Me volví a sentar con el ángel mirando desafiante a Trace, seguro que se enfadaba, ¿o habría cambiado?
Miré al ángel, era raro, no había tenido el impulso de matarla, mas bién no quería que la tocase ni Trace.